El «tipi»

La palabra «tipi» proviene del término lakota «lugar para vivir» («Ti»: vivir y «Pi»: lugar).

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La piel de bisonte debidamente tratada (hoy en día algodón impermeabilizado) era la envoltura que cubría un cono de palos, de cuya altura e inclinación depende el diámetro del tipi. Todas las partes y elementos del tipi mantenían una simbología mística: el suelo de la tienda representaba a la madre Tierra, creadora de vida; la cubierta, el cielo padre; cada poste del tipi representa el camino entre el hombre y el Gran Espíritu y entre la tierra y el mundo espiritual. El espacio exterior del tipi es el dominio del creador. Incluso su orientación al Este no era fortuita: obedecía a un factor utilitario (ser despertado por el sol al amanecer) y místico: orientado hacia el sol, al cual se le ofrendaba cada mañana un pequeño sacrificio y una oración a «los cuatro ancianos» (o las cuatro direcciones, los cuatro elementos…).

Era costumbre que cuando alguien entraba en el tipi caminara siempre por detrás de las personas sentadas. Si en algún momento debiera cruzarse entre el fuego central y una persona, siempre había una palabra de disculpa hacia el que se encontrara sentado.

Tal vez fueron los integrantes de la expedición de Francisco Vázquez de Coronado (1540 – 1542) los primeros europeos que vieron los tipis. De todas formas, los restos arqueológicos demuestran la existencia de tipis con siglos de anterioridad a la llegada de los europeos a América. Aunque es imposible precisar su origen, no es difícil pensar que el primer tipi se pareciera más a «dos palos sujetando unas pieles» para proteger a su usuario del sol, la lluvia o el viento. Después, con el paso del tiempo, el propio modo de vida nómada de la mayoría de los clanes y tribus de las llanuras extendieron esta modalidad de refugio que, poco a poco, fue evolucionando hasta adoptar la apariencia conocida por todos. Pero la llegada del caballo español (appaloosa) volvió a influir de manera decisiva en la estructura y, en especial, en el tamaño del tipi. Hasta ese momento, el perro era un animal doméstico presente en prácticamente todos los campamentos nativos. Su utilidad se extendía no sólo a la vigilancia contra la presencia de intrusos, como reserva de sustento (en condiciones extremas) y como animal de carga. Pero la capacidad de transporte creció enormemente desde el momento en el que el caballo irrumpe en el panorama de las praderas. La caza del bisonte a caballo (al que los lakota llamaban «Suka Wakan», Perro Sagrado) reduce los riesgos de accidentes y, con ello, aumenta la abundancia de pieles y alimento. Crecen las reservas potenciales y se facilita la trashumancia y el intercambio entre clanes. La persecución de las manadas se simplifica y el efecto final se traducirá también en el tamaño del tipi que pasa de los cuatro o cinco metros de diámetro a ser habitualmente de ocho o nueve. Es, tal vez, el momento más brillante de la cultura nativa de las praderas, justo cuando poco después sobrevendría el colapso final.

El intercambio de conocimientos -que de algún modo conllevaba la generalización de algunos modos de vida- no impidió que cada nación, e incluso cada tribu y cada clan, mostrara en la decoración de sus tiendas sus propios mitos y referencias culturales. Aun hoy puede hablarse de «diseños caracteristicos» en función de regiones o tribus, aunque prácticamente son tres los prototipos básicos:

Tipi Lakota: El de estructura más vertical para favorecer que la lluvia resbale con rapidez. La cúpula aparece reforzada en el cruce de los travesaños. La base oval suele estructurarse en torno a doce a quince largos palos. Es considerado por muchos el tipi más fácil de reparar, práctico y multifuncional. Las alas de la cúpula son mayores que las habituales en las tiendas Crow.

Tipi Crow: El tipi de estilo Crow es probablemente el más hermoso desde el punto de vista estético. El tamaño de las alas extensibles para ayudar a la salida del humo armoniza a la perfección con la forma casi cónica del propio tipi. La abertura de entrada es la tradicional en forma de «A» mayúscula.

Tipi Blackfoot o Siksika: Su diseño es el más eficaz en áreas secas y ventosas. Su forma es la menos vertical, la más «aplastada y más pegadas al suelo», para ofrecer menos resistencia. Con la obertura superior más abierta en la zona alta donde los palos se cruzan, permitiendo que el agua de lluvia resbale en torno al espape de humos. El único inconveniente (con una base estructurada en doce a dieciseis postes de madera) es que normalmente es más difícil de preparar y más lenta de montar y desmontar. Las costuras de unión estaban a menudo solamente cosidas, sin remachar. Si quieres saber más: http://www.nacionesindias.com/

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