En lo más profundo de las áridas tierras, se encuentra la mina de oro, un lugar envuelto en un misterio ancestral, donde se adentraban en las entrañas de la tierra en busca del resplandor dorado que prometía riqueza y poder. En cada brillo de oro descubierto, se tejía una historia de sacrificio y conexión con la naturaleza, un legado que perdura en las leyendas de la tierra.

La recreación escénica en Rancho Texas Lanzarote Park de la mina de oro, con su estanque y río para recorrer en canoa, quiere atrapar ese espíritu aventurero para convertirnos  por unos instantes en exploradores intrépidos.

En relación un poco a la historia, la fiebre del oro de California fue un fenómeno social ocurrido en Estados Unidos, entre 1848 y 1855, caracterizado por la gran cantidad de inmigrantes que llegaron a las cercanías de San Francisco (California) en busca de dicho metal. Este fenómeno comenzó cerca del pueblo de Coloma cuando se descubrió oro en Sutter’s Mill. Cuando la noticia del descubrimiento se esparció, alrededor de trescientas mil personas emigraron a California desde el resto de los Estados Unidos y de otros países.

Al principio, los buscadores de oro recogían el metal en los arroyos y lechos de los ríos usando técnicas simples como el cribado. Pero más tarde desarrollaron métodos más sofisticados para la extracción del oro que fueron adoptados en todo el mundo. La fiebre del oro también tuvo efectos negativos. Los aborígenes de la región fueron atacados y expulsados de sus tierras tradicionales. También fue importante el impacto medioambiental que la minería produjo.